Comunicación Efectiva

Influencia

La comunicación efectiva comienza al reconocernos diferentes unos de los otros.

A veces puede parecer que no estamos usando el mismo idioma aunque usemos las mismas palabras. Cuando la comunicación es efectiva se consigue salvar esa brecha e influenciar al resto. Esto permite aumentar la comprensión y la calidad de los objetivos de cada persona en el proceso de comunicación.

El primer paso: Saber lo que queremos

El primer paso encaminado a dominar la comunicación es saber de verdad lo que queremos. Esto no es tan sencillo como pueda parecer, y a algunas personas les resulta complicado establecer sus prioridades y sus deseos. En otro post abordare la mejor forma de definir y lograr nuestros objetivos.

3 Habilidades fundamentales

Una vez que tenemos bien claro y definidos nuestros objetivos, necesitamos 3 habilidades para lograrlo:

Agudeza Sensorial – Es imprescindible ver y oír más que el resto de personas a nuestro alrededor. Podemos aprender a mejorar esta habilidad con relativa facilidad.

Flexibilidad – Si no somos capaces de obtener la respuesta que buscamos cuando hablamos, tenemos que ser capaces de cambiar hasta que lo logremos.

Congruencia – Todas las personas manifestamos diferentes personalidades en cada momento de nuestra relación con los demás – líder, seguidor, ambicioso, descuidado, etc. Pues bien, todas ellas han de converger en lo que queremos. Cuando alineamos todas estas partes de nuestra personalidad, produciremos congruencia en nuestra comunicación.

Todos tenemos estas habilidades de forma innata pero es necesario desarrollarlas, para que nuestra comunicación sea efectiva.

Antes de emprender un viaje, hemos de conocer primero cual es nuestro destino. Después, cómo y con quién vamos a viajar. Si nos decidimos por el vehículo, buscaremos la ruta que sea más conveniente, en términos de tiempo y de dinero. Una vez que hemos comenzado nuestro viaje, tendremos que ir verificando por medio de puntos intermedios que la ruta que estamos siguiendo es la que previamente nos habíamos marcado. Una vez que lleguemos a nuestro destino, tendremos que valorar si es donde queríamos estar y si hemos conseguido todo lo que nos proponíamos.

De esta forma, la comunicación es como un viaje y comienza con el reconocimiento en forma de un objetivo bien definido que deseamos obtener. El objetivo bien definido es el resultado.

Si viajamos sin un destino previamente definido puede ser que lleguemos a un lugar que nos agrade o que no. También puede darse el caso de que solamente el hecho de viajar nos produzca la satisfacción buscada. Sin embargo, llegar al destino que nos habíamos propuesto es mucho más importante.

El resultado es aquello que queremos, pero de forma que podamos visualizar lo que va a ocurrir, cómo nos sentiremos y lo que escucharemos cuando logremos nuestro objetivo.

¿A qué llamamos Resultados?

Los resultados son objetivos que hemos clarificado y perfeccionado mediante el uso de los 5 puntos que desarrollaremos a continuación.

Piensa en una caja de lapiceros sin afilar como los objetivos y las metas. Los resultados son los lápices ya afilados y listos.

Siguiendo con la analogía de los lapiceros, estos 5 puntos que señalamos a continuación serían el sacapuntas:

1.     Enfocarse en un resultado concreto y específico

2.     Ser positivo

3.     Ver, escuchar y sentir percepciones en forma de información para nuestro cerebro

4.     Alinear tus deseos con los de la persona o personas con las que te comunicas

5.     Mantener los objetivos a corto y medio plazo

El primer punto importante es:

1. Enfocarse en un resultado concreto y específico.

Antes de poder enfocarnos en algo concreto y específico que queramos conseguir hemos de entender que nuestros objetivos determinan nuestra selección perceptual.

¿Qué significa exactamente esto?

Con un sencillo ejemplo se entenderá mejor:

Cuando tenemos sed podemos visualizar en nuestra mente un vaso de agua o escuchar el sonido del agua brotando de una fuente. Estas dos percepciones que podemos seleccionar a voluntad nos ayudan a satisfacer nuestro objetivo: saciar la sed.

Si somos capaces de ver, escuchar o de sentir determinados aspectos de aquello que nos rodea y relacionarlo con la sensación que nos produce o nos produjo en el pasado, podremos usar estas experiencias en nuestro propio provecho y el de los demás.

En cualquier lugar o situación en la que puedas encontrarte y, por comprometida o estresante que pueda parecer, podremos dominarla con estas sencillas técnicas.

Podemos lograr expresar nuestro objetivo o meta en forma de sensaciones que obtenemos de nuestra experiencia pasada o presente, de nuestro mundo interior o exterior.

Las claves son:

No podemos pensar sin relacionar esos pensamientos con la experiencia perceptual y de sensaciones que nos producen, o nos produjeron.

Podemos seleccionar lo que sentimos, vemos o escuchamos para ayudar a que nuestro resultado pueda hacerse realidad. Las experiencias de las que disponemos en nuestra mente son recursos que usaremos siempre que queramos hacer realidad nuestros objetivos.

Nuestros pensamientos están íntimamente relacionados con nuestras percepciones. Si has tenido experiencias que puedan ayudarte a obtener tu resultado, puedes ponerlas a trabajar para ti como un recurso más. Piensa en ello como una mochila donde atesoramos nuestras experiencias y de la que extraemos aquello que nos sirve en cada momento para lograr nuestros deseos.

2. Ser positivo

Un RESULTADO se establece con palabras que describen cómo te sientes, lo que ves y lo que escuchas.

PERO…

Siempre deben ser Positivas, o describirse de forma positiva.

Por ejemplo:

Mi Resultado es “Ser capaz de teclear a 200 palabras por minuto cuando escribo en el teclado de mi ordenador, dedicando 2 horas al día durante dos meses”.

Es muy desaconsejable describirlo con términos negativos y vagos como: Deseo dejar de escribir tan lentamente en mi ordenador.

3. Ver, escuchar y sentir información sensorial

Una vez que hemos descrito y escrito nuestro objetivo de forma positiva y lo más específica posible nos preguntamos:

¿Qué es lo que veré cuando obtenga mi objetivo?

¿Qué sentiré,  ¿Qué escucharé? o incluso, ¿Qué olores percibiré?

Palabras concretas y palabras abstractas

Es fundamental tratar de describir nuestros objetivos con palabras específicas y concretas y no con palabras abstractas.

Vemos claramente que la palabra Rico puede tener significados muy diferentes dependiendo de la persona a la que se lo preguntemos y no necesariamente tendrá que ver con riqueza material. Además, también se darán notables variaciones si preguntamos a personas de culturas diversas. Es una palabra “gruesa” o abstracta

Por el contrario, la palabra Mano podrá ser descrita como grande, pequeña, suave o rugosa pero en todas las culturas y para la gran mayoría de personas significa lo mismo esencialmente. Es una palabra concreta o específica.

En la comunicación unidireccional, donde no se espera intercambio de ideas y donde se habla a la masa de gente, se tiende a usar palabras abstractas y “gruesas” con significados muy diversos. Algunos ejemplos de estas palabras son libertad, felicidad, riqueza. Los políticos tienden a usar con frecuencia esta pobre estrategia de comunicación donde no se tienen en cuenta los intereses del receptor sino el suyo propio.

Cuando el hablante quiere obtener el beneplácito de muchas personas utiliza estas palabras abstractas porque a cada una de esas personas se le representará el concepto de forma diferente.

La comunicación eficaz tiende, por otro lado, a hacer uso de palabras concretas donde las probabilidades de introducir confusión sean las mínimas.

El propósito de describir nuestro objetivo de esta forma lo más concreta posible es el de evitar el mensaje superfluo para llegar a la esencia de lo que dicho Resultado significa para nosotros.

Las palabras abstractas sirven para lograr acuerdo, y las palabras concretas o específicas para obtener información o dar instrucciones.

Asimismo, para tareas o decisiones usar palabras concretas o específicas.

4. Alinear tus deseos a los de la persona o personas con las que te comunicas

Este es un punto importante que parece más complicado de lo que realmente es.

Lo fundamental es que se trata de que la única forma de obtener nuestro Resultado es estar seguro de que nuestro interlocutor o personas a nuestro alrededor también obtienen lo que desean, su Resultado.

¿Cómo logarlo?

Cuando estamos familiarizados con las preguntas del tipo ver, oir, y sentir podemos conocer el Resultado de otra persona de forma sencilla.

Por ejemplo, supongamos que un compañero no se siente satisfecho con su trabajo. Podemos preguntar:

 ¿Qué es lo que verías si estuvieras satisfecho?

¿Qué es lo que oirías si estuvieras satisfecho?

Incluso, se podría preguntar, ¿Qué es lo que sentirías si estuvieras satisfecho?

Con la información obtenida podemos reflexionar sobre la mejor forma de lograr su Resultado y el nuestro a la vez.

Esta técnica se denomina alinear o ajustar Resultados. Es importante tener en cuenta que para lograrlo hemos de ser íntegros y mostrar respeto a los Resultados de la otra persona. Esta es la forma inteligente de asegurarnos de nuestros Resultados porque las otras personas se van a convertir en nuestros aliados. Si, por el contrario, no tenemos en cuenta los Resultados de los demás, estamos manipulando y, a la larga, pagaremos las consecuencias.

5. Mantener los objetivos a corto y medio plazo.

Es importante que dispongamos de Resultados(objetivos definidos) a corto y medio plazo. Esto es así porque a veces establecemos objetivos que son menos de lo que podríamos lograr. Después sobrepasamos este objetivo, consiguiendo más de lo que pensábamos inicialmente.

Si sobrepasamos con frecuencia nuestros Resultados a corto plazo, establece un objetivo a largo plazo de mayor alcance.

Estaremos cubiertos siempre que tengamos un amplio abanico de Resultados y seleccionemos aquel que sea más adecuado en cada situación.

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