En este post vamos a hablar sobre lo que se conoce como «crear confianza mutua» o una «atmósfera positiva favorable para la comunicación».
Se puede hablar también de una relación de armonía, conformidad, acuerdo o afinidad.
Como norma general…
Si no existe esa armonía comunicativa o confianza mutua no merece la pena seguir adelante con nuestros objetivos porque el resto de personas con las que nos comuniquemos y nosotros mismos limitaremos las oportunidades para encontrar soluciones creativas a la hora de obtener los resultados que buscamos.
¿Cómo sabemos que existe Armonía?
Antes de nada tenemos que decir que la Armonía o la Confianza Mutua puede ser como el Dinero o el Amor, crece en importancia cuando no lo tenemos pero cuando se dispone de el, aparecen muchas oportunidades que antes permanecían ocultas a nuestros ojos, a nuestros oídos o a nuestro entendimiento.
Habitualmente sabemos que existe Armonía Comunicativa cuando nos encontramos cómodos con otra persona o personas y tenemos sensación de comprensión mutua.
Cada persona puede sentir, visualizar o percibir de forma diferente esta Armonía.
Siempre que exista Armonía Comunicativa puedes avanzar hacia tu objetivo. Si no está presente deberás obtenerla, bien en ese momento o en otro más acorde con las circunstancias. Una vez obtenida la Armonía, comprueba que tienes confianza en la competencia de la otra persona para completar la tarea o el objetivo.
No es imprescindible que la otra persona te caiga bien, o tengas afinidad (aunque es preferible). Lo fundamental es que confíes en su habilidad para alcanzar sus objetivos y a la vez el tuyo.
Quisiera en este punto hacer hincapié en que cuando se establece la comunicación hacia un auditorio, es importante tener en cuenta dos caminos comunicativos:
- Nuestro auditorio está genuinamente interesado en la materia o el tema que vamos a discutir, o sobre el que vamos a disertar o y de esta forma nuestra facilidad para establecer Armonía Comunicativa se va a acelerar, debido a que los objetivos de ambas partes (orador y auditorio) están alineados de antemano.
- O bien, desconocemos los intereses de nuestro auditorio y a medida que vamos desgranando ideas habremos de ser capaces de detectar en nuestra audiencia lo que despierta interés y sobre lo que debemos comunicar con mayor énfasis, adaptándonos en todo momento a las señales que despiertan en nosotros.
Esta segunda forma de dirigirnos a un auditorio requiere que el orador domine la materia o los temas a discutir en profundidad. Existen oradores brillantes y experimentados que son capaces de pensar y ordenar esos pensamientos a la vez que se van dirigiendo a su audiencia y van hablando, lo que confiere a sus disertaciones una calidad y una atracción innegables.
En los dos casos podemos observar cómo el comunicador eficaz ha obtenido esa Armonía Comunicativa de la que venimos hablando hoy.
Por último queremos destacar que como es bien conocido, la mayor parte de la actividad a la hora de conseguir Armonía Comunicativa se obtiene de forma NO-VERBAL, (entre un 80 y un 90%).
El resto es contenido, que también es importante pero del que hablaremos más adelante.
Enfocarse en las soluciones y en los objetivos en vez de en los problemas te ayudará a adquirir confianza en ti mismo y la de los demás más rápidamente.
Nuestro cuerpo y lenguaje postural va a ser capaz de lidiar con el 95% de las situaciones que se nos puedan presentar para establecer Armonía Comunicativa.
¿Qué podemos hacer en el resto de situaciones?
En un próximo post abordaremos técnicas sencillas accesibles a cualquiera para generar Armonía comunicativa, y que se suman a lo ya descrito.
